
Pienso que el hombre no tienen sentido sin Dios. Que la criatura no tiene sentido sin el creador.
En la búsqueda de la felicidad, las personas miran lo que hay fuera de sí mismas. Se nos enseña que es malo sufrir, que el dolor no es para las personas de éxito. Que el éxito es sinónimo de felicidad. Y que éste, es la meta de todas las personas normales (socialmente hablando). Por decir algo: si eres un joven debes tener un convertible rojo, con muchachas rubias en los asientos y si es posible que las cervezas se salgan por los lados, ya que no caben más dentro del auto. Si eres mujer debes ser una Barby, perfecta estéticamente y llevar una vida sexualmente activa para no ser anticuada.
Ciertamente este es el camino que hay que enfrentar en la juventud de hoy día. Lo fuerte es, que la información que nos llega de la cultura mundial en T.V. y los otros medios de comunicación nos hace ver desde niños que esta es la vida y la verdad, la plenitud y la felicidad.
Mirando lo que “es”, y sin afán de juzgar, siento que nos manejan. Que no nos dejan elegir realmente lo que queremos. No manejamos la información que nos permita ser libres. La sociedad de consumo colgó un letrero en el cuello de la Iglesia que dice: perdedores. Dando una imagen de estupidez a los que busquen algo diferente de lo que ellos ofrecen. Incluso a otras entidades que quieran mantener el ambiente o la dignidad humana.
Yo soy un joven cristiano, lucho por mi libertad. Si, es verdad que elegí algo diferente al mundo de hoy y no digo que sea yo mejor que nadie y que todos los demás están mal. No, no. Miro asombrado a los jóvenes que dicen ser felices y plenos, que no aceptan que nadie les diga nada y que se suicidan al final. Otro joven se suicido hace dos días, de 24 años, aquí en San Ramón. Es como el quinto de este año y sólo en este pueblo. No son personas sin hogar, o con padres abusivos, no, son personas que libremente escogen esa vida, buscando la felicidad que creen, debería darles.
Yo pienso que esa felicidad no es más que placer físico. Y ni siquiera es permanente. Creo que los jóvenes al exponer sus cuerpos al desenfreno en busca de la felicidad y la aceptación experimentan frustración al no recibir en sus adentros la plenitud que esperaban, y toman decisiones fáciles para salir, evadir la emoción de vulnerabilidad.
En mi experiencia de vida sé que hay que madurar las emociones para actuar con responsabilidad y coherencia en momentos de crisis. Si una persona nunca ha enfrentado sus emociones de una forma adecuada, difícilmente actué de una manera funcional a la hora de asumir una decisión de verdadera trascendencia, una decisión que exija determinación por parte de ella.
Como dije al inicio no busco juzgar las decisiones de nadie. En mi camino descubrí lo que quiero realmente cuando: en calma, escuche lo que había dentro de mí. Había, porque al mirar mi interior me hice consiente del desorden que tenía. Al tomar el tiempo de ordenar mis ideas, mi pasado, enfrente el monstruo o como lo llama Freud: el fantasma interior. Ese conocimiento interno que asusta con solo pensar en él y que decimos y defendemos (en ocasiones hasta con la fuerza o la ira) que no existe.
La incapacidad mental de enfrentar emociones desagradables no es más, a mí parecer, que el resultado de ésta forma de ver la vida, de esta cultura, de esta práctica del diario vivir sin mayor esfuerzo.
Yo al aventurarme en mis adentros, encontré algo que no sabía que tenía ahí…
Enfrentando mi pasado, cambiando mis esquemas mentales para sanar mis dolores, temores y fantasías frustradas; también encontraba mis cualidades, las virtudes que son las herramientas que tengo para enfrentar las situaciones fuertes y desagradables de la vida. También pude saber mis debilidades y conocerlas; ya no me asustaron más. Las acepte como mías y entonces al dejarlas existir, pude fortalecerlas, asumirlas.
Este es un proceso personal, nadie lo puede hacer por otro. Fue y es mi aventura. Descubrí mi valor verdadero; “Mi yo real”. Ciertamente aun estoy en la lucha y duele mucho. Pero no estoy dispuesto a renunciar a esto que me ha hecho tan feliz. Y lo que no he podido superar espero hacerlo pronto. Quiero ser libre de verdad. Quiero decidir por mí mismo. Quiero conocerme para saber “quién es” el que decide, y que decidir. Jejeje
Yo encontré a Dios en mi interior. Siempre estuvo ahí, pero en el desorden no lo veía. “Encontré mi origen y mi destino”. Encontré mi sentido de vida. Encontré que mi hogar es mi momento presente y que no necesito de nada ni nadie para ser yo.
Buenisimooo!!! me animaste mucho! :D paz y bien!
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