
En mis pensamientos veo el camino de la cruz. Miro la actitud de Jesús hacia las personas que lo agreden y humillan. Observo como Él siendo quien es, no intenta demostrarlo.
Pienso que si las personas supieran lo que “son” no tendrían que demostrar que “son”. La felicidad se lleva por dentro, no está como dice la tele en fiestas de desenfreno y grandes placeres, pues esta solo es parte de la vida y no la vida en su conjunto.
La vida tiene áreas que se complementan: familiar, social, etc. Y todas necesitan trabajo y responsabilidad.
Si creemos que la vida se llena con placeres nos quedamos cortos en verdad. Nunca el placer superficial podrá dar plenitud a un alma.
Los valores como la solidaridad, el sacrificio, la bondad, la perseverancia, entre muchos otros, son los verdaderos placeres del alma. Desarrollar el “ser” y poner al servicio de los demás nuestras capacidades, dan al hombre plenitud, sentido, alegría. El superarse a sí mismo asumiendo retos, no sólo hace que la persona se conozca en sus capacidades y debilidades, sino que desarrolla una interioridad en sí misma, logrando las bases de su autoestima y seguridad ante la vida.
El amor es un término muy difícil de explicar para la inteligencia humana. Pero si se mira con el corazón es muy claro. El amor trasciende todo egoísmo, todo sentido de separación.
Podemos decir que cuando amamos somos en plenitud. Cuando decidimos no amar nos alejamos libremente de la alegría plena.
Esto es difícil de aceptar, pues estamos acostumbrados a no “ser”, a buscar sólo los placeres vanos y a no aceptar compromisos con los demás. Hemos preferido estar solos y mantener una máscara de felicidad. Hemos decidido que nadie se acerque a nosotros lo suficiente como para descubrir nuestra falsedad. Hemos querido no ser nosotros y ser perfectos.
¡En el silencio de la noche, en la soledad del alma, con nuestra verdad… no queremos estar con nosotros, es frustrante “ser” quien en verdad somos! Por esto se consume droga, por esto hay suicidio, por esto hay agresión, por esto no queremos sentir, por esto no queremos rezar, por esto no queremos amar, por esto no queremos “ser”.
Amar es abrir el corazón de cara a la verdad, aceptar “lo que es y lo que soy”, dar todo de mi por los demás que son los que dan sentido a la vida, queriendo mantenerlos siempre cerca, aunque esto duela un poco, aunque no reciba yo de ellos la misma respuesta.
El que con el corazón escucha, con el corazón entiende. El amor no es racional, como racionalmente la persona nunca puede decir quién es ella misma.
¡EL QUE AMA ES, PUES EL AMOR ES TODO LO QUE EXISTE!
Y nada es fuera de Él…
No hay comentarios:
Publicar un comentario